1. En una sartén o cazuela con el aceite, dorar las alitas y salpimentar.
2. Agregar la miel a las alitas y dejar que se caramelicen a fuego bajo hasta que adquieran un color dorado.
3. Verter el jugo de limón sobre las alitas y con la cazuela tapada dejar que estén tiernas.
4. Conviene hacerlas a fuego bajo para que no se queme la miel y queden jugosas.
5. Servir: Se pueden tomar en caliente o en frío.